El primer reto al que se enfrenta cualquier recién diagnosticado con celiaquía o intolerante al gluten es el reto de llevar una dieta adecuada y, posiblemente, sea el reto más duro de todos a los que se enfrentará con una prueba de fuego que no podrá esquivar.

Puede parecer sencillo porque los cereales son los principales sospechosos y lógicamente eliminandolos estarás dando un gran paso para evitar el gluten en tu dieta, pero existen innumerables alimentos preparados que contienen o pueden contener gluten.

El primer consejo es que elimines el trigo y cualquiera de sus variantes así como la espelta, la cebada y la avena, entre otros. Debes tener en cuenta que la avena pura no tiene gluten pero habitualmente se comercializa contaminada y se suele incluir como cereal con gluten aun sin tenerlo intrínsecamente.

Tras ese primer paso de limpieza básica de alimentos dentro de nuestra dieta la recomendación más inteligente es que consumas productos frescos tal y como la naturaleza nos los aporta. Entre este tipo de alimentos podemos incluir pescado o carne de cualquier tipo, frutas y verduras y productos lácteos o derivados, así como huevos y algunos más.

El hecho de incluir mayoritariamente alimentos frescos en tu dieta será muy saludable porque no solo evitarás los alimentos con gluten si no que comerás más sano y variado permitiéndote la mejor dieta posible: la dieta mediterránea. Especialmente si eliminas al 100% de tu dieta alimentos procesados que son los más propicios para incluir gluten o trazas de éste.